jueves, 3 de febrero de 2011

AL SERVICIO DE LA DIGNIDAD HUMANA Y DEL BIEN COMÚN

Ante las próximas Elecciones Generales 2011, los Obispos del Perú, atentos a la voz de Jesucristo el Buen Pastor, que dice: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10), queremos ofrecer a todos los actores del proceso democrático -católicos y ciudadanos en general- algunas reflexiones que ayuden a ejercer el deber electoral con verdad y responsabilidad.

1.- La dignidad de la persona es el centro de la preocupación social de la Iglesia. Ella enseña que, para discernir lo que es más justo y adecuado en orden al bien común, debe tenerse en cuenta la primacía del ser humano, la promoción de sus derechos fundamentales y la inclusión de los más débiles en los proyectos de desarrollo. La Iglesia considera el ejercicio de la política como un servicio a la nación. Es fundamental que se analicen las propuestas de los candidatos para garantizar estos principios.
2.- El desarrollo social debe fundarse en el respeto y la promoción de los derechos humanos, el acceso a los servicios básicos de salud, nutrición, agua, educación, vivienda y seguridad ciudadana, especialmente de los más pobres. Las mejores condiciones económicas que el país experimenta deben llegar cuanto antes a los que todavía se encuentran en la pobreza o la marginación.
3.- El ejercicio de la democracia debe respetar los principios éticos y morales vinculados a la promoción del bien común. Por ello, sin expresar preferencia por ninguna de las propuestas electorales, tenemos el deber de orientar a los fieles en aquellos planteamientos que, por sus implicaciones religiosas y morales, contradicen las enseñanzas de la Iglesia (cfr. Compendio de la Doctrina Social de Ia Iglesia, n.424).
4.- Invitamos a estar alerta ante las propuestas que atentan contra la ley natural, el respeto a la dignidad humana, la verdad y la práctica de la justicia. Ir contra estos principios es desconocer nuestra realidad natural. Intentar cambiarlos traerá graves consecuencias para la sociedad, y los perjudicados siempre serán los más débiles. Por ello, el respeto y la defensa de la vida desde el primer instante de su concepción hasta su muerte natural es irrenunciable en todo planteamiento. No se pueden aceptar bajo ningún argumento el aborto, la eutanasia o la manipulación genética.
5.- El matrimonio es la base de la familia y de la sociedad y tiene una importancia fundamental para el auténtico desarrollo. Por su origen divino, posee unas características propias e irrenunciables. “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó” (Gen 1,27). El matrimonio no es una unión cualquiera entre personas. Es la unión estable e indisoluble de un hombre y una mujer que se complementan y se entregan recíprocamente en una relación abierta a la vida. “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mt 19,6). También es reconocido así el matrimonio por las grandes culturas y por la Constitución Política del Perú. Ninguna otra realidad se le puede equiparar. Es responsabilidad de todas las instancias de la sociedad promover cuanto contribuya el bien del matrimonio y de la familia.
6.- El vicio de la corrupción continúa socavando el desarrollo social y político de nuestro pueblo. Ha faltado la voluntad tenaz y el compromiso ejemplar de nuestras autoridades, la vigilancia y la colaboración eficaz de todos los ciudadanos y sobre todo, nos está faltando una fuerte conciencia ética y moral (cfr. Iglesia en América, 23). El proceso electoral es una ocasión propicia para exigir la presentación de programas que enfrenten con valentía las diversas formas de corrupción, tanto en los poderes del Estado como en los ámbitos de la actividad pública y privada.
7.- Es preciso lograr un saludable equilibrio entre progreso económico y respeto a la naturaleza. Los planes de gobierno han de tener en cuenta la ecología y el uso racional de las riquezas de nuestro país, consultando oportunamente a los pueblos y a las comunidades en cuyo territorio se dan las concesiones de tierras y las licencias de explotación de los recursos naturales. Hay que prevenir así futuros conflictos y enfrentamientos que tanto dolor nos han causado y combatir abusos como el narcotráfico y la depredación de costa, sierra y selva.
8.- Los candidatos deben tener en cuenta que la violencia social no se genera solamente porque exista pobreza, sino porque existe desigualdad. Un reto para las autoridades elegidas es lograr un mayor desarrollo, pero que se vea reflejado en la vida de todos los peruanos, principalmente de los más desfavorecidos. Por eso, las propuestas de gobierno deben expresar un compromiso real con los más necesitados y así mantener la esperanza de nuestros pueblos.
9.- Es tiempo de un diálogo fecundo y alturado que genere espacios de armonía. La transparencia del proceso electoral exige que los electores sean escuchados por los candidatos y que entre estos haya un sereno intercambio de ideas. Así el elector podrá conocer no sólo los contenidos de los programas, sino también la preparación del candidato y la coherencia de su actitud. Por consideración al elector, se han de promover debates que le permitan formarse una opinión sólida y así poder ejercer libre y responsablemente su derecho a votar.
10.-El ciudadano merece respeto e información veraz. Es indigno tratarlo como un objeto que se puede manipular o engañar. La dignidad del votante exige que resplandezca la verdad como elemento esencial para la paz, la convivencia, la democracia y la vida institucional . “La verdad los hará libres” (Jn 8,32).
11.-Los periodistas y los medios de comunicación social han de participar con la máxima responsabilidad en el proceso. Los invitamos a ejercer la libertad de expresión buscando la verdad unida a la justicia y al bien común. Que su información sea objetiva, imparcial, abierta a todos los candidatos, a fin de que las propuestas sean conocidas de manera íntegra y veraz. Más allá de las lícitas actividades publicitarias de la campaña electoral y dejando de lado los cambiantes resultados de las encuestas, se debe privilegiar la correcta información para garantizar una verdadera participación ciudadana.
12.-Los Obispos Latinoamericanos dijimos en Aparecida: “Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales” (Documento de Aparecida, 384)
En esta etapa decisiva para el futuro del país, pidamos a Dios que nos ilumine para elegir a los más capaces y con mayor vocación de servicio; que a las autoridades les conceda la sabiduría necesaria para velar por el bien común; y que todos, solidariamente unidos, estemos dispuestos a trabajar por el Perú.

Los Obispos del Perú
Lima, 26 de Enero de 2011

lunes, 17 de agosto de 2009

convocatoria de laicos de la PASCOM

Lima, 17 de Agosto de 2009


Estimados amigos:


Reciban un cordial saludo del equipo de Pastoral de la Comunicación de la diócesis.
Ya ha pasado un buen tiempo desde que tuvimos el primer taller de PASCOM con el decanato V y los últimos (los del I y III) ya han podido tratar de desarrollar los trabajos tanto en periódico mural como en Blogs parroquiales y de armar sus grupos de PASCOM.
Es por ello que creemos es momento oportuno para sentarnos, evaluar, ver avances y “paradas” y –más importante- dar pasos adelante en base a la experiencia de todos los equipos y a lo que pudiéramos ayudarles nosotros.
Por eso es que les convocamos con tiempo para una media jornada el día domingo 30 de éste de 8 a 1pm en la parroquia de El Niño Jesús, SJM. Esperemos que Santa Rosa les dé ánimo a todos/as para participar y también nos inspire sobre el camino a seguir.

Plan del Encuentro:

1º) Ver lo avanzado en cuanto a periódico mural y Blogs poniéndolo en común

2º) Ver qué pasos hemos dado –o no hemos dado- para conformar los equipos de PASCOM

3º) De qué manera podemos ayudarles como comisión en la siguiente etapa: pedidos, sugerencias,…de parte de ustedes.

Nota.- No importa si han avanzado mucho, poco o nada ¡vengan todos, que será provechoso! Les esperamos,

domingo, 24 de mayo de 2009

Si Dios Fuera Mujer

Ser solidarios con los pueblos indígenas


Para ser discípulo, Jesús nos dice que “se amen los unos a los otros como yo los he amado.” (Jn. 15, 12). Conocemos muy bien a esta frase. Muchas veces la ponemos en práctica en un círculo muy pequeño de nuestros amigos y conocidos. El desafío para nosotros es como poner en la práctica este amor, tanto a nivel local como a nivel nacional. El Perú es un país grande, bello y complejo. Nosotros que vivimos en Lima, a veces, pensamos que Lima es el Perú. Pero no es así.

En estas últimas semanas los pueblos indígenas amazónicos están tratando de abrir nuestros ojos frente todo lo que viene sucediendo en la selva. Los pueblos indígenas viven allá por tiempo inmemorial, cultivando la tierra, sacando lo suficiente para vivir. Ellos tienen sus propias costumbres y su forma de vivir. No les interesa sacar provecho de los recursos naturales que hay por allí. Estos recursos permanecen allí por siglos, igual como el mismo pueblo.

En agosto del año pasado, se han dado cuenta de que el Gobierno, por medio de una serie de leyes, querría expropiar y vender grandes parcelas de tierra a la gente con mucho poder económico para que exploten las riquezas minerales. El Presidente Alan García mantiene que como no vive nadie en esa zona, hay que aprovechar de los recursos naturales. Pero, en la Selva, según COFOPRI, hay 935 comunidades campesinas y 182 comunidades nativas, o sea, un montón de personas. También gran parte del agua del Perú proviene de la Selva. Además debido a la riqueza de los bosques, este sitio viene a ser el pulmón del mundo entero, proveyendo aire puro para todos nosotros. Los pueblos indígenas saben esto y siempre han cuidado el ambiente en donde viven. Han transmitido estos valores de generación en generación. Saben muy bien que la explotación irresponsable de estos recursos naturales destroza la tierra por siempre.

Por eso, desde agosto del año pasado, protestaron contra las leyes que pretenden expropiar sus tierras. Como resultado de la protesta, se nombró una comisión multipartidaria del Congreso, que concluyó su labor señalando que las leyes cuestionadas deben ser derogadas. Sin embargo, han pasado 7 meses y no pasa nada. El 9 de abril las poblaciones indígenas de la Amazonía re-iniciaron su protesta, con un paro general demandando la derogatoria de las leyes que consideran atentan contra sus derechos colectivos ancestrales. Es importante que sean escuchados y participen en las decisiones que afectan sus vidas. Es igualmente importante que nosotros expresemos nuestra solidaridad con ellos porque todo lo que pasa afecta no solo a ellos sino a todos.

Los pueblos indígenas de la Amazonía tienen toda la razón. Basta mirar lo que ha pasado con otras comunidades campesinas para darnos cuenta de que si entren las grandes compañías mineras o madereras, van a arrasar con todo lo que encuentren en su camino. Pueden convertir la selva en desierto. Esto va a tener un efecto negativo sobre el medio ambiente del mundo entero. Terrenos dañados por los mineros, petroleros o madereros no se recuperan nunca más.

Como cristianos estamos orgullosos de la valentía y la claridad de los obispos de todas las diócesis de la Amazonía. Desde el principio de este problema, ellos han mostrado su amor y solidaridad con los pueblos indígenas. Han sacado un comunicado bien claro reafirmando que los pueblos indígenas tienen toda las razón. Los obispos viven allí, conocen muy bien la realidad y saben lo que está pasando en ese lugar. Para nosotros aquí en Lima, no podemos quedar atrás. Hay que abrir los ojos, ver lo que está pasando y mostrar nuestro amor en la práctica. Hay que buscar la verdad y difundirla. Hay que estar en solidaridad y reclamar justicia para nuestros pueblos indígenas. (P. McCarthy)

¿SE APAGO UNA ESTRELLA?


La noticia me sorprendió esta mañana en ‘La República’: “Murió Benedetti, el escritor combatiente”.
Hay personas que marcan la vida de sus pueblos o sus países; hay otras a las que la historia las destina para romper fronteras. Siento que Mario Benedetti es una de ellas. Nunca podremos decir que la dictadura, la persecución, el exilio…son buenos, por supuesto. Pero en el caso de Benedetti las tres cosas nos beneficiaron a muchos.
También en su caso se cumplió lo de que “un profeta nunca es bien recibido en su tierra” y por eso le tocó cargar con sus escasas pertenencias y buscar acogida y cariño fuera de su Uruguay natal. Y así fue que Perú tuvo el honor de cobijarlo al comienzo de los 70, bajo el general Velasco Alvarado; pero llegó la orden de deportarlo y tuvo que salir. Y también le cupo ese honor a España, por mucho más tiempo y en sucesivas etapas.
Allí, en Madrid, tuve la suerte de conocerlo personalmente en 1992. Fue con motivo de las celebraciones del 5º Centenario de la llegada de Colón a América, en un Congreso de Teología. Compartí con él y un diplomático español en Centroamérica una mesa redonda exponiendo la experiencia y la huella de esos quinientos años desde distintos ángulos -el mío el de un simple misionero de a pie-. Y me impactaron fuertemente dos cosas en M. Benedetti: su clara y firme opción por los oprimidos (los del tiempo de la conquista, los de la colonia, los de ayer y los de hoy) y su sensibilidad y ternura. Hasta su fina ironía se paseaba por los dos polos. Desde entonces traté de leer muchas de sus reflexiones periodísticas y siempre descubrí presentes los dos rasgos.
Doy por supuesto que ayer, a los 88 años, murió en su ley ese hombre agudo, consecuente e inquebrantable en sus convicciones y ese niño tierno y amoroso que no podía ocultar. En su caso, no podemos decir que una estrella se ha apagado en el firmamento, sino más bien: desde ahora, día y noche, brillará su estrella en el firmamento. Mario Benedetti, gracias por tu luz y descansa de tus fatigas de trotamundos obligado.
José Mª Rojo